domingo, 13 de noviembre de 2011

Sutil Nicromántica

Si no se trata de hostilidad, entonces dime cuál es la idea, Sutil Nigromántica.

Si no quieres que me marche ¿por qué me apuntas con tu arma

auyentándome como a un perro hambriento en busca de bazofia?
Para mantenerme contigo tendrás que usar más que sólo palabras amenazantes,

¿Para qué profesas un futuro funesto para mí? 

hablas como si se tratara de un desconocido, un pobre perdido en la vida.

¿Cómo no te das cuenta que yo ya tomé una decisión?
déjame marchar, déjame volar lejos, no me cortes las alas ahora,
no ahora que estoy en las alturas a punto de emprender el vuelo,
a punto de sentir, a punto de vivir.
No me encierres en tu mundo, que me das lo peor de ti,
tengo tu amargura disuelta en el corazón, tengo tu desabrigo prematuro en mis brazos.
Hoy sostengo tu apatía de años, para que hace años le obsequiaras todo tu amor a él,
para que reservaras lo mejor de ti para él.


Déjame partir con una sonrisa en los ojos,
permíteme vivir sin culpa y con la mejor profecía que tu magia puede concederme.

Sigue tu vida tranquila, que yo seguiré la mía.

Envíame tu mejor auspicio que el destino tiene guardado para mí, por favor,
Sutil Nicromántica.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Inconformidad

En un espiral me dejo llevar por esta inseguridad,
tan confusa, tan gris, tan oscura, tan vorazmente arrebatadora de paz.
Me alzo para salir de este mareo constante y tomo un poco de agua,
vuelvo a adentrarme en él como si me sintiera en casa.
Me resguardo en este patético pensamiento del pasado
para sacar líquido tibio de los ojos,
para demostrar que en mí hay sensibilidad.
Intento creer en que podré olvidar,
sacar todos los momentos contigo,
dejar de pensar por una hora para que desaparezca por una hora esta molestia,
esta carga de recordar a cada segundo.
Sigo en el punto del ayer, vivo en el futuro iluso que el presente no puede propulsar.


Continúo buscándote en cada sueño para verte de nuevo, quizás pueda cumplirse.
Me canso de mí misma en ese instante, 
¿Y es que sabes? me desgastas, me desganas, me rebajas, sacas lo peor de mí.

Me arrastro de modo que del modo que sea me mires,
aunque yo siga  abajo y tú arriba,
a pesar de saber que ya ha sido demasiado, no me importa en tanto pueda tenerte un segundo,
no me importa siendo egoísta, encerrándote en mi mente, no me importa.
Porque me dejaste una indeterminación, una vista incomprensible, un punto incompleto,
porque me dejaste un sin saber insano, un engaño encriptado que
me deja en la completa incertidumbre de una mirada intentando determinar un punto.

A ver si me abrazas para terminar esta enfermedad, 
para terminar con este frío abrupto,
a ver si puedes retornar y llenar esta inconformidad.

¿O tal vez debería permitirte marchar
o tal vez debería marchar yo?
pese a que siempre conviva conmigo
esta inconformidad.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El lado oscuro.

El lado oscuro del misterio lo produces tú.
La mirada ocultando un te quiero vive en tus pupilas de intensa esencia.
Cada roce de seda cristalina que se tiene la dicha de sentir
en el lapso de segundos que dura ese ínfimo toque expandiéndose por cada fibra,
y que continúa otros segundos más como gotas de lluvia desvaneciéndose sobre la piel,
transmite sentimientos iluminados.
Asimismo un abrazo que dice mucho,
no se atreve a expresarse  por medio de la voz, tan amorfo a las palabras...
es nuestro estilo silencioso, que fluctúa en incertidumbre,
oscila de razón a sinrazón. 
 Es esa complicidad que mantenemos ambos y que
se manifiesta en palabras y gestos atrevidos y desengañados.
En un campo de señales encriptadas y codificadas
desenvolviéndose en un efecto dado a una excesiva mala interpretación,
todo maquinadamente espontáneo e intencionalmente inocente.
Esa comunicación provocada por la mirada titubeante que
delimita un espacio de un sentimiento que solo conocemos tú y yo. 
Ese fuego que consume poco a poco la mente de los dos,
que no reserva más el entusiasmo ardiente de explotar.
Sólo Dios sabe cuánto tiempo podremos guardar el secreto mutuo
de eso que sabemos ambos, y que, paradójicamente, es furtivo de los dos.