jueves, 10 de febrero de 2011

Mi Condicional Amigo.


Detracto aquel día en que nos declaré
amigos incondicionales,
creyendo que siempre lo seríamos.
Si supieras que desde el minuto siguiente
me arrepiento,
Porque desde ese momento
no hago más que pensar en ti.
Es increíble cómo te apareces a cada segundo.
Ahora soy filántropo de tu mirada.
Eres un comenta en mi alma,
un salvavidas que me sumerge en el mar,
y que no me permite respirar.
En las profundidades de tu abismo
me abandonaste para  no recobrarme.


Si tuvieras idea cuánto te extraño.
Peco en el pasado de tus pasos,
pero aún vivo en la historia de mi orgullo,
de mi intuitivo orgullo que me advirtió
desde el principio que esto breve sería,
y como siempre tuvo razón


Tu dulce sólo duró medio minuto,
pero a veces pienso que, tal vez, 
yo nos desligué,
Con mi miedo, con mi estúpido miedo.
Una pereza del corazón de no querer
latir por alguien y volver a herirse,
pero caí, sí, y lo herí consciente.
Dime cómo puedo, ahora, zurcir todos sus restos.



Aunque de nada sirve esquivar
tu recuerdo,
desde hace tiempo que no veo tus oscuros ojos,
tu inspiradora sonrisa,
tu graciosa forma de ser.
Extraño tu agridulce encanto.
Tu eterna voz que marcó una ruta sabia en mí.
Es mi perpetua decepción.
Mi querido mal preciado, no volverás,
y mientras sigo acariciando un tierno recuerdo de ambos 
que tampoco  volverá,
sin culparte por esto, 
responsabilizo a mi personalidad adictiva al pasado


Es mi perpetua tortura,
esta cadena que parece romperse,
Sin embargo, es sólo una ilusión,
no se ha desatado, sigue acoplada hasta hoy.
y mañana, espero, se haya borrado tu tormentoso recuerdo. 

 Sophia Miranda