miércoles, 25 de julio de 2012

Elíxir de salvación.

Hoy vuelvo a la libertad...
¿Cómo?
Era lo más cercano a lo ideal,
una flecha de vivo fuego,
 introvertido aunque alegre junto a mí.
Increíblemente correspondido.
Sin embargo no podía ser del todo perfecto,
y no lo veo como un defecto,
tiene a alguien más, y  es una fémina 
con la que no podría competir, 
es como él, 
y tiene motivos que le cautivan más para conquistarle:
es esa Libertad tan inalcanzable que no la logro contemplar.
Es una fidelidad escurridiza que no la podría abrazar,
que no sirve para mí, que es vana en mi existir.
Una luz que me deslumbra,
un sol próximo que quema, arde más de lo imaginable
y rompe con lo inimaginable.
Hoy quiebra mi equilibrio un sí que es un no latente,
que es un sí valiente, y un no manifiesto tan comprensible
que agradezco el sí vigoroso cayendo de su boca, deseada
pero ingrata de pronta verdad, prudente, novedosa.
Hombre de obnibulante cabello, de claros pensamientos
y oscura mirada, tan misteriosa, lejana a la idea de "mostrar".
Ha opacado el brillo que mi corazón necesitaba,
aquel rastro de esperanza, ya no es nada,
se va corriendo como la fe de mi espíritu,
no le amo, no le amé, mas osó mirarme,
y le abrazo porque aclaró mi vista
y aceptó mis abrazos.
Entró a mi alma y no saldrá de ahí, 
hasta el día en que quiera marchar,
yo no le ato a mí, porque es brisa del mar, 
porque es elíxir de sabiduría,
una salida ¿o qué sé yo?
Una huella para saber alguna vez
a qué juega Dios.